Los niños que muerden
Morder es una conducta muy común en los niños pequeños. En la mayoría de los casos, muerden para aliviar la presión de las encías debido a la dentición, pero pueden convertirse en un problema de conducta en los niños de 18 a 30 meses de edad. Los niños no son conscientes del dolor que las mordeduras causan a otros niños. Este comportamiento necesita atención inmediata y es importante entender la causa ya que a menudo muerden como consecuencia de la frustración, el coraje, o la agitación y los niños que muerden corren el riesgo de ser aislados por sus compañeros.
¿Qué medidas tomamos en la escuela infantil?
- Poner límites. Son reglas simples que se dan antes de que comience el juego, como respetar los turnos o compartir.
- Elogiar los buenos comportamientos y dar reconocimiento a los niños que se portan bien.
- Supervisar de cerca el juego.
- Poner atención en lo que se enseña. Siempre utilizamos un tono amable con los niños y les explicamos cual es la acción correcta o les explicamos que otras alternativas tenemos (morder una fruta o un mordedor si sienten esa necesidad de descarga puede ser una solución, en riñas con los compañeros siempre se recomienda solucionar los conflictos respetando los turnos). Es un proceso lento y difícil de entender para algunos padres que buscan la solución inmediata, pero es el que a largo plazo les va a enseñar que ser agresivo no es la forma de actuar cuando se está enfadado. Si las andereños utilizásemos gritos o castigos como método de disciplina estaríamos enseñando a los pequeños que la conducta agresiva es aceptable para resolver los problemas.
¿Cuál es la intervención adecuada?
- Identificar a qué horas ocurren las mordeduras. Observar la hora y las circunstancias y usar esa información para evitar o corregir ciertas situaciones.
- Utilizar tiempos de descanso breves y reprimendas breves. A los niños que muerden se les da un tiempo de descanso, y se les permite regresar al grupo una vez que están calmados y bajo control. Se les ofrece atención positiva, haciéndoles saber que hay buenas maneras de comunicarse.
- Ofrecer alternativas.
- Concentrar la atención en el niño que ha sido víctima.
¿Qué no hay que hacer?
El problema de morder NO debe ser ignorado. Desde la escuela infantil os recomendamos poner límites y normas de juego sencillas tanto en casa como en el parque etc.
Por ejemplo: Tendrás que respetar el turno para el columpio, si no lo haces nos iremos del parque.Utilizar un tono amable, tanto para explicar la norma como para retirar al niño si no lo cumple. No nos enfadaremos, ni gritaremos, pero cumpliremos con lo acordado. Por supuesto NUNCA es recomendado morder a los niños para enseñarles que duele.
No debemos etiquetar a ningún niño como malo. Lo que está mal es la acción en concreto, que ocurre en un momento determinado.
Hay que recordar que en la mayoría de los casos los niños que muerden lo dejan de hacer conforme mejora su habilidad de hablar ya que empiezan a utilizar palabras para expresar su frustración, entorno a los tres años.
Es muy importante reforzar la empatía con cuentos, actividades cooperativas, juegos simbólicos de cuidados del otro, trabajando la inteligencia emocional, etc.
Para ayudarles con la expresión de las emociones hay varios títulos recomendados como «el monstruo de las emociones» (para saber lo que sentimos) o «cosas que me gustan de mi» (para ver lo bien que sienta dar y recibir elogios) estos títulos se están trabajando en el aula de uno y dos años pero como siempre, si tenéis algún otro en casa podéis traerlo para leerlo en el aula.
Bibliografía: The stages of biting. Montessori Life 11 (2) , 33-34
Understanding and preventing toddler biting.
Texas child Care,23(1), 12-15 Fundación Belén.org